

A un gran pavo la graja le vio formar la rueda,
dijo con gran envidia: "Haré yo cuanto pueda
por ser así de hermosa". Esta locura prueba.
La negra por ser blanca contra sí se denueda:
peló todo su cuerpo y su cara y su ceja;
con las plumas de un pavo vistió nueva pelleja:
hermosa, por lo ajeno, se fue para la iglesia.
Algunas hacen esto, lo que hizo la corneja.
Adornada la graja, como pavo vestida,
bien pintada se vio y fuese enloquecida;
con los que eran mejores fue desagradecida.
Ella con los paveznos anda desconocida.
El pavo, de tal hija, desconcertado se hizo,
el mal engaño vio y su color postizo;
la peló y la arrojó a un lugar de carrizo:
más negra parecía la graja que el erizo.
A muchos, por tu envidia, haces sobrepujar:
pierden lo que ganaron por lo ajeno cobrar;
por la envidia sus cuerpos están al reventar:
no encontrarán en ti sino tu mal obrar.
Quien desea lo ajeno, quiere otro parecer,
y siempre con lo de otro quiere resplandecer,
lo suyo y lo del otro todo lo va a perder:
a quien otro se cree, por lo loco hay que tener.
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